Fots del Evento

Nota - Mundial de Volley (28/09 al 10/10)

Con la gran semifinal jugada anoche por Brasil y Yugoslavia cayó el telón para la subsede Córdoba del Mundial de Voleibol Argentina 2002. Desde hoy comenzarán a ser recuerdo, cada vez más lejano pero imborrable, los 12 días de esplendor voleibolístico vividos en Córdoba gracias a este acontecimiento.
Hoy, mañana, quizá también los días siguientes serán extraños, de dulce nostalgia para quienes pasen por el Orfeo. Ya no verán, en torno al maravilloso escenario estrenado y disfrutado por primera vez con voleibol, los grupos de jóvenes apurando el paso para llegar antes del comienzo de los partidos, las largas filas de gente sacando entradas, las familias enteras y felices cruzando el puente rumbo al ingreso.
Pero no son solamente esos recuerdos, ni los de las extraordinarias jugadas de Nalbert, Lloy Ball, Samuele Papi o Serguei Tetioukhine, lo que les queda a los cordobeses. Porque el Orfeo no se va, estará siempre como nuevo punto de referencia para el deporte cordobés. Por eso, bienvenido. Para sacarse y superar, de una vez por todas, el complejo de no tener dónde escenificar competencias de jerarquía.

Nunca nos olvidaremos de...

El lujo. Brasil, Rusia, Yugoslavia e Italia, las cuatro superpotencias del voleibol, jugaron en Córdoba durante el Mundial y disputaron al menos dos partidos en esta sede. En total, 10 equipos pasaron por el Orfeo: Venezuela, Egipto, EE.UU., Portugal, España y Polonia completaron la lista.
El exceso. El coloso sudamericano, Brasil, jugó nada menos que cinco partidos en Córdoba: tres en la primera fase, uno en cuartos de final y otro en semifinales. Un privilegio que sólo los cordobeses pudieron disfrutar.
Lo que queda. El entusiasmo y el encantamiento de muchos cordobeses generó un terreno fértil donde los dirigentes del voleibol cordobés deberían plantar nuevas semillas. La explosión del evento en los medios de comunicación es otra faceta que el voleibol cordobés debe aprovechar.
Lo positivo. La incansable tarea de los encargados de las distintas áreas de la organización y, principalmente, el impagable esfuerzo de todos los voluntarios, sobre todo, para los de prensa. Muchas gracias.
La decepción. Después de una excelente Liga Mundial, España estaba para mucho más. Llegó a Córdoba en la segunda fase, pero allí se quedó sin chances, luego de perder en cinco sets ante Portugal y Rusia. Igualmente, éste último partido fue una delicia. Al menos un consuelo.
La sorpresa. Dirigida por el cubano Juan Díaz, la selección de Portugal fue la grata sorpresa, al clasificarse para los cuartos de final. Un honor para un equipo joven y en crecimiento. Una verdadera sorpresa.
Lo local. Los jueces de línea, todos de la Federación Cordobesa, cumplieron una buena actuación. Y, aunque anoche alternaron buenas y malas, en líneas generales su nivel estuvo a la altura de las circunstancias.