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Piñón Fijo, más que amor

Piñón Fijo se reencontró el sábado 28 en el Orfeo con su público más querido, el de los niños cordobeses, sus primeros fans. El payaso era esperado por miles de chicos y padres, que querían compartir en vivo las nuevas canciones prometidas, las que pronto oirán en el disco Los chicos también, que se lanza en julio.
Para Fabián Gómez, este es el año del gran despegue. Lo comenzó el 2003 con ocho actuaciones a sala repleta en el teatro Gran Rex de Buenos Aires y lo consolidó en la pantalla de Canal Trece. Así, se convirtió en una referencia que no pasa inadvertida en la televisión porteña, y ganó un Martín Fierro que confirma su legitimación en el público infantil de todo el país. El fenómeno Piñón Fijo parece no tener fin. Algo que ayer quedó certificado con el emotivo recibimiento que le hicieron sentir los niños.
El show con los nuevos temas que ofreció ayer en dos funciones (a las 16.30 y a las 19.30), acompañado de sus personajes Quenchu, el Cabrito y la perra Gorda, significó una vuelta a sus afectos, pero desde otro lugar, más identificado con la madurez y la popularidad que ha ido ganando en los últimos tiempos.
El cambio más evidente lo encontró el público en el escenario mismo donde se movía el payaso. En lugar de las figuras de animales y colores, Piñón Fijo se paró delante de una pantalla gigante, rodeado por los seis músicos de su banda (con instrumentos como el bajo, la guitarra, piano, vientos y conga) y dos coristas. Esta vez, entonces, las luces y el desfile de imágenes fueron sus aliados sobre la tarima, en lo que finalmente terminó pareciéndose más a un recital que a un show para chicos. En el enorme lienzo, por ejemplo, pudieron verse los rostros dibujados -como en una historieta- de los miembros de su banda. O un gigantesco mapa de la Argentina, cuando cantó Quiero verte reír, la canción que describe la reciente gira que lo llevó a recorrer el país de punta a punta, desde Tierra del Fuego a Jujuy, y describe los rostros de los niños que conoció en ese viaje.
Pero el tema que abrió el show fue En el circo de Piñón Fijo. Le siguieron composiciones tradicionales y otras recién sacadas del horno. Entre las clásicas, Nene dejá el chupete y Basta de mamadera, que acompañan el proceso de maduración de los pequeños y constituyen todo un rito. Los niños aprovechan para entregarle a Piñón las mamaderas que dejan de usar.
Entre los temas nuevos, Pelotitas de la esquina marcó un momento muy emotivo, por ser un homenaje a los chicos de las calles cordobeses que se ganan la vida, y hasta se pagan los estudios, haciendo malabares o mímica delante de los autos. Piñón también entonó La familiera, Vocales que son cinco, Cepillo, cepillo, y cerró con dos de sus hits: Piñón fijo es mi nombre (cambió la letra cuando dice “si la bici me responde” por “si los chicos me responden”) y Chu Chu Ua. Por supuesto, el payaso se permitió un pequeño instante de orgullo, al hacer alusión al Martín Fierro. “Trae a Martincito”, le dijo a La Gorda, la perra que baila con él, y esta se apareció con el último disco de Piñón y moviendo la cola.
Según la organización del Orfeo Superdomo, para cada una de las funciones de ayer de Piñón Fijo se vendieron 6.400 entradas, lo que hace un total de 12.800 personas frente al escenario del popular payaso cordobés. Por otra parte, cada espectáculo duró alrededor de una hora y media.

Madres, hijos y abuelos

“¿Cómo están las madres?”. Piñón Fijo lanzó la pregunta al aire y las mujeres le retribuyeron el saludo al unísono. En realidad, la “relación” viene desde hace tiempo. En los espectáculos de Piñón Fijo, abundan las madres (más que los padres) con sus hijos, y el feeling entre el personaje y las mujeres fue afianzándose con el paso del tiempo y los shows, a tal punto que son ellas las que primero reaccionan ante la aparición del payaso.
La edad de los niños, por otra parte, iba mayormente de los 4 a los 11 años. Y por eso son los mayores los que más opinaron sobre los cambios en el espectáculo de Piñón Fijo.
Yolanda, por ejemplo, con una hija tirando de su mano, explicó: “Me gustaron mucho las nuevas canciones y el espectáculo en general aunque prefiero los temas viejos porque son los que más quiero”. Evidentemente, una fanática de la primera hora.
Carolina, que llevó a su hija Malena de 2 años, expresó también su opinión: “El show me pareció divino. Piñón Fijo es un genio. Eso sí, lo único es que mi hija es chiquita y no aguanta un espectáculo tan extenso”.
Efectivamente, el desfile de madres con niños en brazos fue incesante durante la hora y media que duró la presentación.