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Charly García, el que prende y apaga la luz

El Orfeo se conmocionó. Allí, el sábado a la noche Charly García convocó, una vez más, a varias generaciones de fanáticos (niños, adolescentes y adultos) que disfrutaron de un show impecable, divertido y pleno de música.
La actitud y musicalidad de Charly hacen que el rock siga vivo y tan desafiante como en sus orígenes. Más de seis mil almas colmaron el Orfeo Superdomo Córdoba y vibraron cuando García cumplió con su promesa de arrasar con todo. Luego de una prolongada espera, Charly apareció solo por el despojado escenario y entonó el Himno Nacional, en una versión intimista y emocionante. Unos breves pasajes de Todo lo que necesitas es amor, de Los Beatles, oficiaron enganche para que se acoplara la banda de compañía. Así, el show comenzó cerca de las 23, llegando a su fin luego de más de dos horas y media.
Una previsible y prolija sucesión de hits y el estreno de temas muy rockeros, hicieron bailar, saltar y cantar a todos y cada uno de los espectadores.
Varias generaciones de argentinos han crecido junto a los bellos poemas y melodías que Charly sacó de su frondosa imaginación. Llorando en el espejo, Cerca de la revolución, Yendo de la cama al living y Rezo por vos, sonaron tan vigentes como en los días de su concepción. Y fueron alternados con las piezas de su premiado Influencia, que demuestran que García sigue componiendo sin concesiones. En lo musical, todo sonó ajustado y con fuerza. Y en lo visual, la escenografía fue un tanto repetida (el bendito sofá) y la iluminación correcta. Todo se dispuso para que sea el mismo astro el que brille por presencia. Está bien, a Charly le gusta ser el que prende y apaga la luz. Siempre.